En la opinión de Elí González
@calacuayoMX @eligonzalezhz

Algunos pocos izquierdistas y la inmensa mayoría de los derechistas, aplauden las filtraciones de Peniley Ramírez, una periodista a todas luces panista. Y es que algunos por ignorancia y otros por delincuentes, apoyan a este tipo de acciones que pueden causar mucho daño al debido proceso, además de revictimizar a los muchachos y a sus familiares.

Es nuestra obligación hacer del conocimiento a la población de lo que en realidad está sucediendo con las dichosas más filtraciones:

En primer lugar y por motivos jurídicos, el llamado “debido proceso” obliga a la autoridad a no anticipar información potencialmente inculpatoria porque, al hacerlo, puede invalidar cargos y ofrecer pretextos a la defensa. El periodismo debería respetar esta ley, si es que quiere igual que todos, que se haga justicia.

Es necesario que la gente sepa además que en segundo lugar y por razones policiacas, a exposición de una investigación que está en proceso puede alertar a presuntos culpables y propiciar la fuga o la desaparición de pruebas o testigos. Incluso, puede ocasionar muertes, pues estamos hablando de delincuentes que pueden mandar a callar a personajes que pudieran ser piezas clave en la investigación.

Es aquí donde cabe la preocupación y la duda. ¿Será acaso que la periodista tiene interés en alertar a algunas personas para que huyan o para que actúen contra quienes pudieran hablar? ¿Será la periodista tan ignorante como para no saber lo que pudiera suceder al filtrar una investigación en curso?

Es del conocimiento de todos los periodistas que las filtraciones generan caos y desorden en una trágica historia. Y en esta triste historia de los 43 normalistas de Ayotzinapa, ha sido más que intervenida por el caos y el desorden generado por las autoridades del sexenio pasado.

El desorden ha sido parte de la estrategia de seguridad pública contra el narcotráfico de los últimos sexenios. Y es que se han acostumbrado a desviar la información porque altos funcionarios de esos gobiernos han sido parte del crimen organizado y por eso no se les hizo difícil cambiar la historia con una “verdad histórica” que en realidad era una mentira.

Todo lo han hecho con el mismo fin, y con el caso de Ayotzinapa no fue la diferencia. Miles de millones de pesos que se supone serían destinados a ese fin, terminaron en la bolsa de algunos empresarios y funcionarios públicos.

No hay inocentes en la batalla mediática sobre la divulgación del informe de la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia del Caso Ayotzinapa. Todo debió haber sido con premeditación. Alguien debió dar la orden y no es difícil saber qué hay personajes que aún tienen el poder en sus manos mediante la corrupción.

Todas las voces que se escuchan a favor de la filtración, están interesadas en la explotación del argumento que mejor acomoda a su posición política. Pero en este debate estamos dejando de lado lo que verdaderamente importante. Y eso son las vidas, las fugas y la impunidad.

¿Quien pagará los muertos que caerán por estas filtraciones? ¿Quien se hará cargo de los fugados y las herramientas que se le otorgaron a los abogados de los delincuentes en este caso? ¿Cuántos periodistas tomarán en serio que su papel incluye también el respetar el debido proceso?

La oposición está empeñada en generar debate en el tema de la filtración, un debate engañoso, morboso, hiriente, que hace mucho daño a los familiares y a la misma justicia. La oposición quiere convertir en una heroína a la periodista, cuando en realidad resultó ser una oportunista que no midió las consecuencias. No pensó en las vidas que se perderán, ni las batallas que también se perderán, pero que además, permitirá la libertad de los verdaderos culpables.

“En todo momento se debe preservar el interés superior de las víctimas ante un asunto tan delicado. Este tipo de filtraciones, lejos de ayudar a la investigación, la perjudican y abren paso a la impunidad”: Alejandro Encinas.

Más periodismo y menos sicarismo.

POR SIN LINEA MX.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *