POR ERIKA GONZALEZ/SINLINEAMX

Con la idea de privatizar el derecho a la salud para convertirlo en una mercancía que pudieran pagar solo los mexicanos con el dinero para hacerlo, los gobiernos neoliberales se esmeraron en destruir el sistema de salud pública de México. Lo dinamitaron desde sus cimientos, impidiendo que se prepararan suficientes médicos generales y especialistas, rechazando aspirantes a granel en las universidades, desmotivando la preparación en la carrera de enfermería, dejando al país con un déficit prácticamente irremediable de profesionales de la salud, que podría tomar décadas en subsanarse.

Pero no solamente eso, que de por sí ya es bastante grave y que torpedea el barco en la línea de flotación. Coludidos entre funcionarios, traficantes de influencias y políticos ladrones, se apropiaron de los contratos de abasto de medicamentos secuestrando la proveeduría en las instituciones públicas, concentrando en manos de unas 10 empresas todo el control de las ventas y abastecimiento de equipo, insumos y medicamentos, para que nadie pudiera comprárselo a ningún otro.

Mantuvieron a médicos y enfermeras sin base, trabajando por honorarios y sin derechos laborales. Llenaron el sistema de mafias desde las universidades, donde los grupitos de poder deciden todavía a quien dar trabajo, a quien dar presupuesto y a quienes bloquear para que no avancen.

Al final, la cereza del pastel fue la farsa montada por Calderón y Peña Nieto con la construcción de 300 hospitales inexistentes, muchos de los cuales fueron inaugurados teniendo solamente la fachada sin que hubiera nada construido, o los que deberían haber constado 350 millones de pesos y terminaron constando 7 mil.

Así nos agarró la pandemia, de la que sólo pudimos salir avante después de un esfuerzo sobrehumano del gobierno, los médicos y los trabajadores de la salud, encabezados por el Dr, López Gatell y mediante el enorme trabajo del canciller Ebrard y de las Fuerzas Armadas.

El avance es sorprendente para dos años de trabajo, a pesar de la situación que prevalecía y de los esfuerzos que han realizado oligarcas voraces, opositores mercenarios y simpatizantes descerebrados de la derecha corrupta para impedirlo.

Ha comenzado un trabajo fuerte de parte del gobierno federal coordinado por Zoe Robledo desde la dirección del IMSS, en la inversión que se ha hecho en los estados donde se implementa el programa IMSS-Bienestar, en acciones de equipamiento, de infraestructura, de abastecimiento de insumos, particularmente de medicamentos, también de material de curación y de contratación de personal.

Hoy se ha avanzado en Nayarit, donde se ha alcanzado una cobertura de 98% en médicos y enfermeros y de 99% en abasto de medicamentos; en Tlaxcala el avance es de 92% en personal y 96% en medicinas; en Colima es de 88% en personal y 97% en medicamentos; en Baja California es de 76% y 99% respectivamente; en Sonora es de 50% en médicos generales y enfermeras, 68% en especialistas; en Sinaloa van en 43% de médicos generales y enfermeras, 53% en especialistas y 96% en abasto de medicinas; y en Campeche el personal se ha cubierto en 53% y los medicamentos en 88%.

La semana pasada el presidente López Obrador anunció que para el año que viene el sistema de salud en México estará a la altura de los mejores del mundo, con cobertura en 2 turnos y 7 días de la semana de médicos generales, especialistas y enfermeros en todos los estados y para todos los mexicanos. Es sorprendente lo que se va a lograr en sólo 3 años, sin robarse el dinero y trabajando a marchas forzadas, para levantar toda la estructura que dejaron tirada los neoliberales farsantes y ladrones.

Como dijo el actor inglés Sir Michael Caine: “Los ladrones son como los boxeadores. Primero pierden las piernas, después, los reflejos y finalmente los amigos”.

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