Entre informes y ‘mañaneras’, AMLO comienza el cierre de su sexenio

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Este 1 de septiembre el presidente, Andrés Manuel López Obrador, ofrecerá su último Informe de Gobierno. A diferencia de sexenios pasados en los que los mandatarios se ciñeron a los seis informes a los que obliga la ley en México, el mandatario replicó dicho ejercicio en más de 10 ocasiones, generalmente en eventos masivos.

Además de los informes, a lo largo de los casi seis años de la Administración de López Obrador se realizaron más de 1.000 conferencias matutinas, un ejercicio de comunicación social sin precedentes en la escena política mexicana.

Desde las afirmaciones de que las también llamadas ‘mañaneras’ ayudaron a cerrar la brecha entre el Gobierno y la ciudadanía, hasta las acusaciones de que se trató de un mero ejercicio de propaganda, ¿qué papel jugó dicha estrategia en el acceso a la información?

Una vieja fórmula

La propuesta de las ‘mañaneras’ —denominación coloquial que reciben las conferencias diarias del mandatario— no es nueva. Desde 2006, López Obrador emprendió un ejercicio similar durante su periodo como jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal (hoy Ciudad de México), el cual ya se estimaba que se replicaría tras su victoria electoral.

Así, desde el 3 de diciembre de 2018, dos días después de asumir el cargo, López Obrador ha encabezado las ya tradicionales conferencias de prensa en las que se han abordado asuntos de la administración pública como la salud, seguridad, educación, economía, así como temas coyunturales.

Incluso, la conferencia del mandatario ha sido espacio de episodios que se han alejado de la rendición de cuentas y se han apegado más al espectáculo, como los múltiples segmentos musicales que fueron presentados en su conferencia.

La ‘mañanera’ también ha servido como una especie de tribuna mediante la cual se han expuesto casos de injusticias cotidianas, o bien, un espacio a través del cual se han posicionado temas en la agencia nacional, respondiendo a los intereses de determinados grupos o personajes nacionales.

¿Información o propaganda?

De acuerdo con un sondeo elaborado por la casa encuestadora Poligrama, para abril de 2023, el 68% de los mexicanos dijo aprobar las conferencias matutinas del presidente, López Obrador. En contraste, solo un 32% expresó que las ve.

Además, el estudio mostró que un 65% de los encuestados dijo que la conferencia ayudaba a que la población esté más informada.

Un éxito en audiencia y un reto

Sin embargo, es indudable el gran alcance que las conferencias matutinas tienen a nivel nacional. El propio presidente, López Obrador, informó el pasado 4 de abril que tan solo en sus redes sociales contaba con un promedio de al menos 180.000 oyentes, esto sin contar los fragmentos de su conferencia que circulan tanto en internet como en los medios tradicionales de comunicación.

El dato no es menor, la conferencia matutina también es espacio de información útil para la vida cotidiana de la ciudadanía, tal como los precios de la gasolina, fechas de la entrega de programas sociales y resúmenes de la coyuntura nacional, entre otros.

Para el doctor Garciamarín, gran parte del éxito que ha tenido este formato de comunicación política ha dependido de la figura del propio presidente, quien ha mostrado habilidad en el control del escenario que representa el atrio del Palacio Nacional desde el que López Obrador se dirige a los medios.

«Evidentemente es un gran reto para la próxima presidenta, Claudia Sheinbaum, porque no es lo mismo que lo diga Andrés Manuel que tiene no solo la capacidad política, sino también el carisma de poder salirse, de darle la vuelta a las preguntas, y eso se va a dar un gran reto», consideró el maestro Ramírez.

Las ‘mañaneras’ de Sheinbaum

El 1 de agosto, Claudia Sheinbaum, presidenta electa de México, presentó los resultados de una encuesta que su equipo realizó en la que se mostraron las preferencias de la población en torno a cómo deberán ser sus conferencias de prensa, así como los temas que la población busca que se aborden.

Así, la mandataria electa ya comienza a delinear cuál será la estrategia de comunicación que ejercerá durante su mandato.

«Obviamente debería haber cambios en los cuales la presidenta electa pueda sentirse más cómoda; López Obrador puede hablar sin parar tres horas y puede generar un ambiente propicio para eso, no sabemos si lo puede hacer la presidenta electa porque además también quita mucho tiempo para gobernar», consideró al respecto el doctor Garciamarín.

Para el experto, sin embargo, se mantendrá la misma línea propagandística de la conferencia matutina y los repetidos informes. «Creo que la única razón por la que podamos ver un cambio en ese esquema dependerá de que ella no logra adaptarse al esquema tradicional y tenga que buscar uno más Ad Hoc al de ella, que sea digamos como buena científica la confrontación en buenos términos, el debate, a partir de evidencia científica, de evidencia clara y de constatar claramente con datos y con información; creo que eso es lo que podría permitirnos que esto mejorara».

Ambos especialistas consultados por Sputnik afirmaron que otro elemento que le permitiría a la próxima mandataria federal renovar el formato comunicacional será que le dé más juego a los integrantes de su gabinete, del cual destacaron que está compuesto por perfiles técnicos que pueden aportar a la rendición de cuentas.

«Espero que sea consciente ella y su equipo del gran reto que tienen y que a lo mejor no se trata de emular la comunicación política de gobiernos pasados, pero sí no toda la fuente de información tenga que ser la voz de la presidenta», advirtió el maestro Ramírez.

El especialista reiteró que los perfiles académicos en el equipo de Sheinbaum podrían permitir que exista un trato más riguroso de la información.

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