AMLO celebra aprobación de reforma a la Guardia Nacional y rechaza militarización
El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) expresó sentirse tranquilo y contento tras la aprobación, por parte de la Cámara de Diputados, del traslado de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). Según el mandatario, esta medida garantiza que la corporación, actúe con rectitud y continúe funcionando de manera efectiva a largo plazo.
El Pleno de la Cámara de Diputados aprobó, tanto en lo general como en lo particular, la reforma constitucional que traslada la administración de la Guardia Nacional a la Sedena.
Esta reforma permite que el cuerpo de seguridad quede bajo control militar, aunque inicialmente fue creado en 2019 con el compromiso de mantenerlo bajo mando civil.
Durante la conferencia matutina de este viernes, el mandatario federal dio a conocer que la Guardia Nacional tiene el respaldo de la mayoría del pueblo y cuenta con 130 mil elementos, cerca de 500 cuarteles de instalaciones y todos han recibido la formación necesaria para cumplir con sus deberes de manera puntual.
Aunado a esto, el presidente aseguró que la intención de que la Guardia Nacional sea parte de la Sedena es blindarla.
“Si se convierte igual que el Ejército, que la Fuerza Aérea en una rama de la Secretaría de la Defensa tenemos la garantía de que va permanecer y va a seguir actuando con rectitud”, declaró.
López Obrador destacó la importancia de este cambio, señalando que el control de la Guardia Nacional por parte de la Sedena fortalecerá su capacidad operativa y garantizará su permanencia en el tiempo. Además, aseguró que la corporación mantendrá su compromiso con el respeto a los derechos humanos y la seguridad pública en todo el país.
“Estoy muy contento porque si queda la Guardia Nacional dependiendo de la Secretaría de Defensa tendrá larga vida, si no, nos va a salir otro (Genaro) García Luna.”
La decisión ha sido parte de la estrategia del gobierno para mejorar la coordinación y eficacia en las labores de seguridad, buscando que la Guardia Nacional siga consolidándose como una institución confiable y sólida en la protección de los ciudadanos.
Además, la reforma incluye la modificación del artículo 129 de la Constitución, que limitaba las funciones militares en tiempos de paz, una disposición que había permanecido intacta desde 1857. Este cambio refuerza el papel de la Sedena en la gestión de la Guardia Nacional, con el objetivo de evitar que se repitan errores del pasado.
